El verdadero amor no tiene fecha de caducidad

El verdadero amor no tiene fecha de caducidad

Sunday, August 31, 2014

MATRIMONIOS DISPARES: Matrimonio entre bautizado y no bautizado

El matrimonio entre dos personas, una de las cuales fue bautizada en la Iglesia católica o recibida en ella y no se ha apartado de ella por acto formal, y otra no bautizada es inválido (CIC 1086.1), porque obsta el impedimento de "disparidad de cultos", tal como es denominado en el c. 1129, ordenado a defender la fe católica.

La "disparidad de cultos" concede el calificativo de "dispares" a este tipo de matrimonios. Por otra parte, como el matrimonio contraído entre bautizados es sacramental (CIC 1055.1-2) hay que concluir que el matrimonio dispar no es sacramento.

La regulación del matrimonio dispar está contenida en los cánones 1086, referido a su naturaleza, y 1129, por el que se aplican algunas prescripciones de los matrimonios mixtos relativos a la forma canónica y al acompañamiento pastoral.

La parte no bautizada, a excepción de los hijos sin bautizar de padres cristianos, generalmente proviene del Judaísmo, del Islam, o de otras religiones o sistemas religiosos, por lo que la parte católica ha de analizar detenidamente lo que significa el matrimonio dispar y lo que conlleva el matrimonio concreto que se desea contraer.

— Las precauciones

No son peligros, pero sí avisos. Antiguamente las "cauciones" matrimoniales eran garantías exigidas, que hoy se denominan condiciones, declaraciones y promesas; las precauciones indican que antes de preparar un matrimonio dispar la parte católica ha de analizar seriamente los riesgos que corre su matrimonio concreto:

1. La primera precaución es la diferente manera de entender la persona y sus derechos fundamentales, así como los derivados del matrimonio dispar, especialmente si la parte no católica es musulmana.

La igual dignidad entre varón y mujer, con iguales derechos civiles y políticos por una parte, y con los mismos derechos sociales y económicos por otra, el derecho a la libertad religiosa no sólo como respeto al otro sino incluso como libertad de cambiar de religión por motivos de conciencia, así como la reciprocidad cuando se reivindican éstos y otros derechos, son la clave para evitar posteriores sorpresas desagradables.

En relación con el matrimonio hay que señalar la posibilidad de la poligamia y otras formas alternativas de cohabitación, del repudio o decisión unilateral del marido de rescindir el matrimonio sin que la mujer pueda defenderse, del divorcio o decisión judicial que rescinde el matrimonio a petición del esposo o de la esposa.

En el caso del matrimonio con un musulmán, la mujer no hereda nada del marido en su viudez, ni siquiera el hogar, y en caso de disolución del matrimonio los hijos, que han de ser forzosamente musulmanes, serán devueltos al padre, y si éste ha muerto a la familia del padre, pero no a la madre. Se hace necesario que la parte católica conozca los derechos derivados de su matrimonio dispar, visite el país de su futura familia política durante cierto tiempo, aprenda la lengua si no quiere ser considerado extranjero, y que sea laboral y económicamente independiente.

2. La segunda precaución es la divergente forma religiosa, que se manifiesta en la concepción del matrimonio y sus exigencias: sacramento para uno e institución natural para otro, monógamo e indisoluble para el cristiano y para el no cristiano soluble por el repudio o el divorcio y acaso no monógamo. Por esta diferente manera de comprender el matrimonio no sólo se desaconseja sino que incluso se impide su celebración.

El Judaísmo y el Islam rechaza el matrimonio con otra persona de distinta religión, salvo conversión del otro cónyuge, aunque el Islam tolera que un musulmán se case con una mujer no musulmana (Corán 2,220), pero jamás a la inversa (mujer musulmana con varón no musulmán) porque ese matrimonio siempre es nulo para el Islam.

3. La tercera precaución es el distinto sistema cultural, integrado por una etnia (semita o árabe), una sociedad muy patriarcal en que los hijos son numerosos, una diferente escala de valores, unas tradiciones distintas en modos de vida, de vestir, de comer, etc., que se traducen en una forma de comprender el amor, la vida y la muerte, la familia, la sexualidad, la fe en Dios. Un sistema cultural cuando no se confronta con el propio no sirve de enriquecimiento y acaba en enfrentamiento, peligrando el mismo matrimonio. No es fácil la integración de dos culturas, que exige años de adaptación y mucho esfuerzo personal.

— La preparación:

El conocimiento mutuo que los novios tengan acerca de sus personas sigue siendo básico en orden a construir una comunidad de vida y amor desde la originalidad de dos culturas diferentes y desde la disparidad de dos formas de vida y fe religiosa. Esto significa que la preparación al matrimonio dispar es la común a todo matrimonio, añadiendo la peculiaridad de conocer las dos formas religiosas, especialmente en lo que se refiere al matrimonio.

Generalmente y en nuestro país, al estar legislado el matrimonio en su forma civil y ser aceptado socialmente, las personas que demandan el matrimonio dispar lo hacen por el peso que tiene la Iglesia católica en el ámbito personal o social: la parte católica es consciente de que el matrimonio canónico entre católico y no bautizado es inválido al constituir un impedimento dirimente.

La dispensa del impedimento de disparidad de cultos está reservada al Ordinario del lugar si se cumplen las condiciones, exigidas también a los matrimonios mixtos, consistentes en que la parte católica declare que está dispuesta a evitar cualquier peligro de apartarse de la fe, prometa sinceramente hacer lo posible para que los hijos se bauticen y se eduquen en la Iglesia católica, que ambas partes sean instruidas sobre los fines y propiedades esenciales del matrimonio sin que puedan ser excluidas, y que quede constancia tanto de las declaraciones y promesas hechas por la parte católica como de la información hecha a la parte no católica (CIC 1125-1126). Si no hay ánimo de cumplir las condiciones, los contrayentes se casarán en la forma civil y no pedirán que el matrimonio sea canónico.

La dispensa de la forma canónica en el matrimonio dispar está prevista por el derecho y se hace necesaria si se quiere que la Iglesia católica reconozca por válido tal matrimonio, pero se torna innecesaria en la práctica: ¿para qué casarse canónicamente y pedir la dispensa de la forma canónica, para terminar remitiendo la celebración del matrimonio a una forma pública (matrimonio en forma civil) sin que el matrimonio dispar sea sacramental? No es de aplicación, en el caso de los matrimonios dispares, casarse en forma judía o en forma musulmana legalmente prevista en los Acuerdos entre el Estado español con estas religiones, porque se trata de matrimonios en que ambas partes han de ser judías o ambas partes han de ser también musulmanas.

— La celebración:

El matrimonio dispar, si la celebración es canónica o conforme al derecho de la Iglesia católica, habrá de ser contraído ante el Ordinario del lugar o el párroco, o un delegado de uno u otro, y ante dos testigos. Si la celebración no fuera canónica, habría de ser en forma civil ante el funcionario competente, si bien esta forma civil del matrimonio no sería reconocida por la Iglesia católica de no haberse obtenido la dispensa de la forma canónica.

La celebración litúrgica del matrimonio dispar nunca conlleva la celebración de la Eucaristía, signo por excelencia de la unidad eclesial: habrá de realizarse según el Ritual de la celebración del matrimonio entre parte católica y parte catecúmena o no cristiana, tal como se desarrolla en el actual Ritual del Matrimonio.

— El acompañamiento posterior:

Nunca la Iglesia católica ha de abandonar a su suerte al matrimonio dispar y a los hijos habidos: la pastoral habrá de proporcionar al cónyuge católico la asistencia espiritual para que se mantenga en la fe y la pueda transmitir a sus hijos, y a ambos cónyuges la perseverancia en la unidad familiar.

Si el matrimonio dispar permanece en España, no será difícil al católico el contacto con la parroquia o algún grupo cristiano en orden a mantenerse como católico así como bautizar y educar a los hijos. Verdaderamente es difícil cuando el matrimonio dispar reside fuera de nuestro país, en un ambiente social no cristiano, y donde la presencia católica es mínima: sería de gran utilidad contactar al matrimonio dispar con la Iglesia local para su acogida, o proporcionarle esta información.

Fuente: diocesisdecanarias.es, conferenciaespiscopal.es

LECTURAS: Salmo 148

Alabad el nombre del Señor

Alabad el nombre del Señor.
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto;
alabadlo, todos sus ángeles,
alabadlo, todos sus ejércitos.

Alabad el nombre del Señor

Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes;
alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.

Alabad el nombre del Señor

Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.

Alabad el nombre del Señor

Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel su pueblo escogido.

Alabad el nombre del Señor

LECTURAS: Salmo 144

El Señor es bueno con todos

El Señor es bueno con todos
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.

El Señor es bueno con todos

Que todas sus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo.

El Señor es bueno con todos

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.

El Señor es bueno con todos

LECTURAS: Salmo 128

Dichoso el que teme al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.

Dichoso el que teme al Señor

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.

Dichoso el que teme al Señor

Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.

Dichoso el que teme al Señor

LECTURAS: Salmo 34

Gusten y vean qué bueno es el Señor

Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.

Gustad y ved qué bueno es el Señor

Proclamad conmigo la misericordia del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias.

Gustad y ved qué bueno es el Señor

Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.

Gustad y ved qué bueno es el Señor

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.

Gustad y ved qué bueno es el Señor

LECTURAS: Salmo 62

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

LECTURAS: Salmo 112

Dichoso el hombre que encuentra placer 
en los mandamientos de Dios

¡Dichoso el hombre que teme a Dios,
que encuentra placer en todos sus mandatos!
Su estirpe arraigará con fuerza en el país,
la raza de los rectos será bendita.

Dichoso el hombre que encuentra placer 
en los mandamientos de Dios

Su casa abundará en riqueza y bienestar,
se afianzará su justicia para siempre.
En las tinieblas ilumina a los rectos,
tierno, clemente y justo.

Dichoso el hombre que encuentra placer 
en los mandamientos de Dios

Feliz el hombre que se apiada y presta,
y arregla rectamente sus asuntos.
Nunca verá su existencia amenazada,
el justo dejará un recuerdo estable.

Dichoso el hombre que encuentra placer 
en los mandamientos de Dios

No habrá de temer las malas noticias,
con firme corazón confiará en Dios.
Seguro y animoso, nada temerá,
hasta ver humillado al adversario.

Dichoso el hombre que encuentra placer 
en los mandamientos de Dios

LECTURAS: Salmo 33

La tierra esta llena de la bondad de Dios

Alegraos, justos, en en el Señor.
Dad gracias a Dios con lira;
cantadle con arpa de diez cuerdas.
Cantadle un cántico nuevo;
hacedlo bien, tocando con júbilo.
Porque recta es la palabra de Dios,
y toda su obra ha sido hecha con verdad.

La tierra esta llena de la bondad de Dios

Por la palabra de Dios fueron hechos los cielos;
Él junta como un montón las aguas de los mares,
y guarda en depósitos los océanos.
Tema a Dios toda la tierra;
témanle todos los habitantes del mundo.

La tierra esta llena de la bondad de Dios

Dios ve desde los cielos;
mira a todos los hijos del hombre.
Desde el lugar de su morada
observa a todos los habitantes de la tierra.
El que formó el corazón de todos ellos
comprende todas sus obras.

La tierra esta llena de la bondad de Dios

El ojo de Dios está sobre
los que esperan en su misericordia,
para librar sus almas de la muerte
y para darles vida en tiempos de hambre.
Nuestra alma espera en el Señor:
El es nuestra ayuda y nuestro escudo.

La tierra esta llena de la bondad de Dios

Por eso, nuestro corazón se alegra en él,
porque en su santo nombre hemos confiado.
Sea tu misericordia, oh Dios, sobre nosotros,
según lo esperamos de ti.

La tierra esta llena de la bondad de Dios

LECTURAS: Jeremías 31,31-34

Van a llegar días -oráculo de Yahvé- en que yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza; no como la alianza que pacté con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago en ellos -oráculo de Yahvé-. Sino que ésta será la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo de Yahvé-: pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a Yahvé», pues todos ellos me conocerán, del más chico al más grande -oráculo de Yahvé-, cuando perdone su culpa y de su pecado no vuelva a acordarme.

LECTURAS: Juan 17,20-26

No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.»

LECTURAS: Juan 15,9-12

Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.

Saturday, August 30, 2014

LECTURAS: Juan 2:1-11

Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y no tenían vino, porque se había acabado el vino de la boda. Le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.» Tal comienzo de los signos hizo Jesús, en Caná de Galilea, y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.

LECTURAS: Mateo 22,35-40

Uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»

LECTURAS: Mateo 5,13-16

Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

LECTURAS: Mateo 5,1-12a

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos.

LECTURAS: Apocalipsis 19:1,5-9a

Después oí en el cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa que decía: «¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Y salió una voz del trono, que decía: «Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos y los que le teméis, pequeños y grandes.» Y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos. Y decían: «¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios Todopoderoso. Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura -el lino son las buenas acciones de los santos-.» Luego me dice: «Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.»

LECTURAS: 1 Juan 4,7-12

Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de expiación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos ha amado de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios mora en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a la perfección.

LECTURAS: 1 Juan 3,18-24

Hijos míos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obras y según la verdad. En esto sabremos que somos de la verdad, y tendremos nuestra conciencia tranquila ante él, aunque nuestra conciencia nos condene, pues Dios, que lo sabe todo, está por encima de nuestra conciencia. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos confianza total en Dios, y lo que le pidamos lo obtendremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros según el mandamiento que nos dio. Quien guarda sus mandamientos mora en Dios y Dios en él; en esto conocemos que mora en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.

LECTURAS: 1 Pedro 3:1-9

Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos no creen en la palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa. Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un espíritu dulce y sereno: esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abrahán, llamándole Señor. De ella os hacéis hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor. De igual manera vosotros, maridos, en la vida común sed comprensivos con la mujer que es un ser más frágil, tributándoles honor como coherederas que son también de la gracia de Vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo. En conclusión, tened todos unos mismos sentimientos, sed compasivos, amaos como hermanos, sed misericordiosos y humildes. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición.

LECTURAS: Hebreos 13:1-7

Que el amor fraterno perdure. No olvidéis la hospitalidad; gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles. Tened todos en gran respeto el matrimonio, y el lecho conyugal sea sin mancha; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios. No seáis amantes del dinero en vuestra conducta; contentaos con lo que tenéis, pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré; de modo que podemos decir confiados: El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme un hombre? Sobre la fidelidad. Acordaos de vuestros guías, que os anunciaron la palabra de Dios y, considerando el desenlace de su vida, imitad su fe.

LECTURAS: Filipenses 4:4-9

Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra clemencia sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que supera toda inteligencia custodiará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud o valor, tenedlo en aprecio. Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, ponedlo por obra y el Dios de la paz estará con vosotros.

LECTURAS: Colosenses 3:12-17

Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros, y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el broche de la perfección. Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantando a Dios, de corazón y agradecidos, salmos, himnos y cánticos inspirados. Todo cuanto hagáis, de palabra y de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

LECTURAS: 1 Corintios 12:31–13:8a

Aspirad a los carismas más valiosos. Y ahora os indicaré un camino mucho mejor. Aunque hable todas las lenguas humanas y angélicas, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso. Aunque posea el don de profecía y conozca los misterios todos y la ciencia entera, aunque tenga una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque reparta todos mis bienes y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, es amable, no es envidioso ni fanfarrón, no es orgulloso ni destemplado, no busca su interés, no se irrita, no apunta las ofensas, no se alegra de la injusticia, se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca acabará.

Saturday, August 9, 2014

¡Ya me he casado!, por José María Contreras

Hay quien dice que las cosas no son como empiezan, sino como terminan. Puede ser.

Los gitanos llegan a decir  que no son amigos de los buenos principios. Sin embargo, lo que no negará nadie es que cuando uno hace un cambio importante en su vida, quiere comenzar bien.

Cuando cambiamos de trabajo, queremos que las cosas en el nuevo puesto nos vayan bien desde el primer momento y para eso ponemos alma, corazón y vida; nos esforzaremos cuanto seamos capaces. Al cambiar de casa, por poner otro ejemplo, ocurre igual. Uno quiere sentirse como en antes desde el primer momento.

No es extraño que ante un cambio  importante nuestros familiares y amigos nos digan: «La que te espera…». Y uno sabe que es verdad.

No sé por qué razón, cuando uno se casa no ocurre lo mismo que al cambiar de trabajo, de vivienda o de ciudad; no se toma como algo donde hay que poner esfuerzo para llegar a la normalidad, a la estabilidad que se tenía antes.

Cuando uno se casa, parece que alcanza un estado final: «¡Ya me he casado! ¡Ahora ya puedo mostrarme como soy!». ¡Hacer lo que me de la gana! A veces, quizás de una manera inconsciente, se deja de luchar por la relación o, por lo menos, con la intensidad que se hacía de novios.

Es un error. No debemos de perder la ilusión de seguir conociendo y conquistando al otro, tambien después de casados. En definitiva, al menos, ateniendonos a los hechos, se le puede dar menos importancia a casarse, que a cambiarnos de piso, ciudad o trabajo.

Alguien podría decirme que eso no es verdad. Pero yo digo que, en la práctica, es un hecho muy frecuente dejar de luchar por el amor una vez casados. Al menos, con la intensidad que se hacía antes. Quizá sea por «exceso de confianza» o porque nos relajamos creyendo que las cosas vienen solas.

En las cuestiones del amor siempre hay que estar alerta. De hecho, ese estado de vigilancia ya es amor.

Mucha gente cuando se separa piensa en rehacer su vida; y ese reto le implica una nueva lucha, poner  esfuerzo y sacrificio para adaptarse a los nueva situación.

¡Hagamos eso siempre!

Fuente: religionenlibertad.com